Actualmente disponemos de diversas intervenciones que pueden reducir la incidencia de fracturas osteoporóticas, como son medidas higiénico-dietéticas, reducir el riesgo de caídas y tratamientos farmacológicos específicos.
El ranelato de estroncio es el único fármaco antiosteoporótico con un mecanismo de acción dual, ya que inhibe la resorción a la vez que estimula la formación ósea.
Los estudios realizados demuestran su capacidad para mejorar los parámetros de calidad ósea (microarquitectura), aumentar la densidad mineral ósea y reducir el riesgo de fracturas vertebrales y no vertebrales. Ha demostrado eficacia en mujeres osteopénicas y osteoporóticas, tanto con fracturas como sin ellas, y tanto en los primeros años después de la menopausia como en las mujeres mayores.
Existen datos de seguridad a 10 años en condiciones reales de administración, demostrando tener un adecuado perfil de seguridad y tolerancia.
El ranelato de estroncio, debido a su eficacia, seguridad y años de experiencia, es un tratamiento de primera elección para las mujeres con osteoporosis posmenopáusica y riesgo de fractura.
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