Debió de ser Alejandro de Afrodisia quien introdujo la idea de que el motor inmóvil de Aristóteles era causa eficiente sólo en la medida en que fuera la causa final del alma del cielo que, moviéndose, aspiraba a imitar la quietud divina. Santo Tomás de Aquino parece estar de acuerdo. Sin embargo, su solución es original y logra dar una explicación filosóficamente más coherente: Dios es causa eficiente del mundo no sólo como creador, sino también como su gobernante. Por esa misma razón es también causa final.
Alexander of Aphrodisias understood the Aristotle ́s Unmoved Mover as efficient cause only to the extent that it is the final cause of heaven, which by moving strives to imitate the divine rest. Aquinas seems to agree with him. However his interpretation is original and philosophically more satisfactory: God is the efficient cause of the world, not only as creator, but also as it ́s ruler. In this way God is also the final cause.
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