El deporte español ha alcanzado una notable visibilidad a nivel mundial, no solamente en el fútbol. El éxito hay que entenderlo a partir de factores tan diversos como la capacidad de liderazgo de algunos personajes clave, el acierto en el diseño de programas de inversión que han sabido atraer a las empresas privadas, la mecanización, casi industrialización, y la creación de una marca, en el caso del juego de los futbolistas, y la creciente formación de los protagonistas para después de su retirada, con ofertas de empleo. Pero tampoco podemos contemplar el amplio panorama del deporte sin sombras importantes, relacionadas con la crisis, pero también con la mala gestión de sus recursos, como en el caso de las deudas acumuladas por los clubes de fútbol.
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