La serendipia es la facultad de realizar un descubrimiento mediante una combinación de accidente y sagacidad. En el ámbito de la psicofarmacología, la serendipia jugó un papel fundamental en el descubrimiento de muchos agentes psicotrópicos, aunque existen marcadas controversias en este particular, posiblemente debido a divergencias semánticas en relación al significado de este término. Nosotros hemos aplicado una definición operativa de serendipia basada en el hallazgo de algo no esperado o no buscado intencionalmente, independientemente del proceso sistemático que condujo a la observación accidental. En el presente trabajo, se analizan algunos ejemplos representativos de descubrimientos en el campo de la psicofarmacología según diferentes patrones de intervención serendípica. De acuerdo con este criterio existirían cuatro patrones diferentes de imputabilidad serendípica: descubrimientos serendípicos puros (ácido valproico/valproato); descubrimientos serendípicos iniciales que conducen a descubrimientos no serendípicos (imipramina); descubrimientos no serendípicos asociados secundariamente a descubrimientos de caracter serendípico (barbitúricos); descubrimientos no serendípicos (haloperidol).
Podemos concluir que los descubrimientos serendípicos puros en este campo no son muy frecuentes, siendo más habitual un patrón mixto, que parte de una observación inicial serendípica que conduce a un descubrimiento no serendípico de utilidad clínica. Este es el caso de la imipramina, las sales de litio, la clorpromazina o el meprobamato.
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