Una vez celebradas las elecciones legislativas del 13 y 14 de abril, Silvio Berlusconi podrá, salvo sorpresa, acceder por tercera vez a la presidencia del Consejo en Italia. Habrá obtenido esta victoria gracias al fracaso del Gobierno saliente de su rival Romano Prodi y a la ausencia de una verdadera fuerza renovadora, y no tanto por el apoyo de sus partidarios. En el Partido Demócrata, la personalización entorno a Walter Veltroni hace las veces de programa. Para la Izquierda Arco Iris, la prueba electoral llega sin lugar a dudas demasiado pronto.
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