OBJETIVOS. Se analizan mujeres rurales para detectar disfunciones alimentarias y aislar factores de riesgo en Atención Primaria que puedan llevar a la bulimia y se puedan prevenir, así como valorar la continuidad de las alteraciones en la población general, subclínica y bulímica.
MÉTODO. El grupo con 179 sujetos del sexo femenino lo formaban mujeres de 14 y 21 años, estudiantes de tres institutos de enseñanza media del suroeste de Badajoz, de las cuales 127 se presentaban sin disfunciones alimentarias, 57 subclínicas, y 63 con formas completas de bulimia (criterios CIE-10). RESULTADOS. Tenían sobrepeso en la infancia el 14,4%, frente al 26,6%, que lo tenían en la adolescencia. El 71,3% que puntuó negativo en el EAT y BITE no tenia trastornos alimentarios; el 18,5% lo hacían en uno de los dos, tenían disfunción moderada; y el 10,1% en las dos, completa. Se determinaron los factores relacionados con las formas subclínicas o completas y los que llevan de unas a las otras. Las edades de más riesgo fueron entre 13 y 16 años.
CONCLUSIONES. La prevención y detección precoz de los trastornos debe ser en el ámbito académico, en colaboración con Atención Primaria. El sobrepeso real o subjetivo, un ideal corporal asociado a un peso muy bajo, la falta de habilidades sociales, la adaptabilidad a las exigencias del entorno y la evidencia de antecedentes de abusos sexuales llevaría a las formas subclínicas, pasando a formas completas si se utilizan dietas estrictas, como control del peso, así como hacer ejercicios compulsivos y autoprovocación del vómito.
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