Slim Devices es una empresa pequeña y nuera, que en vez de clientes tiene fanáticos. Factura 10 millones de dólares, y entre sus más asiduos seguidores se cuentan músicos como Herbie Hancock y Alanis Morissette. ¿Qué la hace tan seductora? Su formato de gestión. Slim funciona como un ecosistema que depende de la participación activa de amplias redes de colaboradores. Su producto estrella, el reproductor de música digital Squeezebox -que ya vendió 50.000 unidades- es, más que nada, un invento de sus clientes de todo el mundo. Ellos lo diseñaron e hicieron las tareas vitales de ingeniería, gratis. Para los amantes de la alta fidelidad, Slim Devices ofrece un plus atractivo: al dejar que sus clientes sean los creadores de los productos, les da la satisfacción de que una comunidad global de pares los admire.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados