En su best-seller La Tierra es plana, el periodista Thomas Friedman sostiene que el mundo dejó de ser "pequeño" para volverse "ultrapequeño y achatado", y afirma que el motor de esta transformación es la capacidad de los individuos para competir y colaborar a escala global, auxiliados por la tecnología.
La premisa ganó rápida aceptación entre quienes creen que perdieron peso los factores geográficos, sociales y culturales. Pero no todos comparten su visión. Algunos especialistas, entre quienes se cuenta Pankaj Ghemawat, advierten que aceptarla induce a las empresas a cometer grandes equivocaciones. Valiéndose del análisis dinámico de los datos, Ghemawat refuta el eslogan preferido de los partidarios de la globalización, según el cual "las inversiones no respetan fronteras".
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