A. Guillén Solá, J. Martínez Orfila, R. Boza-Gómez, Maria Sandra Monleón Castelló, Ester Marco Navarro
Introducción La presencia de disfagia condiciona complicaciones como la desnutrición, deshidratación, neumonía e incluso la muerte del paciente, repercutiendo en los costes sanitarios. Existen métodos de detección precoz de la disfagia basados en signos clínicos y métodos instrumentados que pueden aplicarse en la cabecera del enfermo.
Objetivos Determinar la utilidad del la valoración de Signos Clínicos y del Método de Exploración Clínica de Volumen-Viscosidad (MECV-V) y evaluar su eficiencia para detectar la broncoaspiración en la fase aguda y subaguda del ictus.
Pacientes y métodos Estudio retrospectivo de una cohorte de 79 pacientes. Se comparan los parámetros clínicos y el MECV-V con los resultados objetivados con la videofluoroscopia (VFC). Se calculan las variables que determinan la fiabilidad y el valor global de un método diagnóstico: sensibilidad, especificidad y valores predictivos.
Resultados Los signos clínicos para detectar disfagia grave (aspiración) obtuvimos una sensibilidad del 69% y una especificidad del 28,8%, El MECV-V detectó aspiración con una sensibilidad del 100% y una especificidad del 13,6%. El valor predictivo negativo fue respectivamente del 62,5 y 100%, la eficiencia diagnóstica fue de 0,38 y del 0,44% respectivamente.
Conclusión La valoración del paciente disfágico basado en los datos de exploración clínica y el MECV-V resulta en un cribaje de bajo coste, de fácil aplicación y muy sensible. El MECV-V presenta mayor sensibilidad, especificidad y eficiencia, permitiendo ajustar dietas precozmente y decidir si precisa de una valoración instrumentada
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