De la mano de Jonathan Schwartz, su nuevo CEO, Sun Microsystems vuelve a estar en boca de todos, después de haber invertido millones de dólares en I&D y gracias a un revolucionario proyecto denominado Blackbox. Se trata de un centro de procesamiento de datos portátil, montado en un contenedor. Compuesto por 250 servidores de la línea Niagara -cuya eficiencia energética es cinco veces superior a la de equipos similares-, el Blackbox puede desplegarse en cualquier lugar donde haya electricidad, agua y una conexión a Internet.
La apuesta ya empezó a dar frutos. Merrill Lynch recomendó a Sun entre las 10 mejores acciones del 2007, Kohlberg Kravis Roberts invirtió en ella US$ 700 millones, y hasta se dice que Google y Microsoft podrían estar entre sus primeros clientes.
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