Que la evolución de los conocimientos médicos es rápida y cambiante nadie lo duda, y ello es particualrmente cierto en el área de la terapeútica farmacológica. La producción por la industria farmacéutica de un número cada vez mayor de nuevos fármacos van engrosando continuamente el arsenal terapéutico-farmacológico de que dispone el médico, alejándole cada vez más de ese número reducido de principios activos (300 para países en vías de desarrollo; ¿unos 500 para el nuestro?) que aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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