La toma del pulso y de la tensión arterial son dos exámenes muy valiosos para conocer el estado del organismo. En el curso del examen clínico, la inspección, la palpación y la auscultación de los pulsos periféricos pueden proporcionar muchas informaciones de interés; el examen clínico de los vasos sanguíneos accesibles permite en ocasiones descubrir la existencia de una enfermedad cardiovascular.
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