Objetivos Valorar la utilidad de la determinación del pH vaginal en el primer control del embarazo para el diagnóstico de vulvovaginitis y su relación con la patología obstétrica.
Material y métodos Hemos realizado el estudio en 200 embarazadas de bajo riesgo. Efectuamos el pH vaginal en el primer control del embarazo a las gestantes. Independientemente de su sintomatología, tomamos cultivo de exudado vaginal (CEV) a 103 pacientes; a las otras 97 pacientes lo realizamos si tenían síntomas y/o un pH > 4,5. Solo pusimos tratamiento si eran sintomáticas. Seguimos la evolución de sus embarazos para valorar su patología obstétrica y sus partos.
Resultados La media de pH en la muestra fue 4,41 (4,04�4,78). Encontramos una asociación estadísticamente muy significativa entre la elevación de pH vaginal superior a 4,5 y el aislamiento mediante cultivo de Gardnerella vaginalis (G. vaginalis) (p<0,000), con un OR de 35,15 (4,67�730,39). La mayoría de los cultivos fueron normales, y los gérmenes aislados por orden de frecuencia fueron: Candida albicans (C. albicans) (17,5%), G. vaginalis (7,8%) y Streptococcus agalactiae (7,8%), siendo más del 85% de las gestantes portadoras asintomáticas. La patología obstétrica registrada en nuestra muestra ha sido: amenazas de parto prematuro (2%), roturas prematuras de membranas (2%), partos pretérmino (4,5%) y abortos espontáneos (6%).
Conclusiones El pH vaginal puede ser una buena prueba de cribado para el diagnóstico de vaginosis bacterianas. El germen más prevalente en nuestra muestra ha sido C. albicans siendo la mayoría de gestantes portadoras asintomáticas. No hemos encontrado relación entre la patología obstétrica registrada y los gérmenes aislados en los cultivos de exudado vaginal.
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