El raquis no es sino un eje flexible, compuesto por vértebras apiladas unas sobre otras y articuladas entre ellas, que hacen posibles los movimientos de la columna vertebral. Los movimientos siempre serán, en cualquier caso, plurisegmentarios.
La organización del raquis se centra en una doble finalidad: estabilidad, para lo cual se requiere una musculatura poderosa, y movilidad amplia, gracias al adecuado juego articular.
Para que funcione el sistema de forma completa, se requiere una regulación automática que coordine los movimientos de 26 piezas óseas (occipital, 7 vértebras cervicales, 12 vértebras dorsales, 5 vértebras lumbares y sacro)
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