Desgraciadamente, la prohibición del amianto no supone su desaparición del medio ambiente. A día de hoy, aún no se ha encontrado una solución definitiva, si es que existiera. Su mayor peligro es el carácter invisible, la deslocalización o el hecho de no saber dónde se puede encontrar exactamente. Por ello, habría que partir de un análisis basado en tres fases: identificación, barrido efectivo del amianto y aplicación de la normativa vigente. Como medidas preventivas generales, entre otras, se recomienda incidir en las fases de identificación y barrido del agente químico, así como la lectura de las Fichas de Datos de Seguridad. Como medida adicional, la señalización de las zonas de trabajo.
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