El artículo repasa, en primer lugar, algunas ideas de Wallon relativas al papel del tono y las emociones en la construcción del psiquismo de la persona, el lugar del tono y las emociones como punto de encuentro entre lo biológico y lo psíquico a partir de la creación de relaciones interpersonales significativas que participan en la construcción de la persona y en su proceso de humanización. Conduciendo estas reflexiones al campo de la intervención psicomotriz se insiste en la importancia de diferenciar entre ellos los conceptos de interacción e interrelación considerando que el segundo es el que da cuenta de la multiplicidad de situaciones, encuentros y desencuentros entre el "uno" y el "otro" que tienen lugar en cualquier situación de relación entre personas.
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