Leonardo López Luján, Alfredo López Austin
Lejos de lo que se supone, el coatepantli o "muro de serpientes" nunca delimitó el recinto sagrado de la capital mexica, el gigantesco cuadrángulo ceremonial que contenía en su interior varias decenas de edificios religiosos. El coatepantli era en realidad una estructura arquitectónica de mucho menores proporciones -hecha de mampostería y decorada con esculturas serpentiformes de basalto- que únicamente enmarcaba la plataforma del Templo Mayor, es decir, de la pirámide doble dedicada al culto de Huitzilopochtli y Tláloc.
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