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Resumen de Italy�s european policy

Antonio Varsori

  • español

    Tras la 2ª Guerra Mundial la posición internacional de Italia era muy débil, en marcado contraste con sus aspiraciones. Durante unos cuantos años, la elección europea de Italia se vio influida por la idea de que ello reforzaría el estatus internacional de Italia y favorecería la revisión de un tratado de paz. Tal elección se enmarcaba igualmente en un alineamiento más amplio con Occidente, lo cual ayudaría a que las fuerzas moderadas italianas se impusiesen como líderes del paísy ganando la partida a las fuerzas de la izquierda. El verdadero punto de inflexión en la apuesta pro-europea de Italia llegó con el enfoque propugnado por Monet y el lanzamiento del Plan Shuman en 1950. Si bien Italia era escéptica de la CED, no podía en todo caso contradecir sus compromisos europeístas, de manera que en 1951 el primer ministro de Gasperi lanzó un ambicioso proyecto de Comunidad Política Europea. Este periodo puede verse como el clímax de la apuesta tanto de de Gasperi como de Italia misma por el federalismo. Por su participación en la CEE, Italia experimentó un proceso de modernización económica y social que contribuyó a una transformación radical del país. Más tarde, a pesar de tales logros, la posición de Italia en el proceso de integración se vio muy dificultado por la crisis social y política, y a mediados de los años 70 era percibida como uno de los miembros más débiles del sistema europeo occidental. En la década de los 80, Italia gozó de un proceso de aparente recuperación económica, estabilidad política y modernización social. El periodo desde 1992 a 1996 se caracterizó por una serie de gobiernos débiles cuyo principal objetivo era la recuperación del sistema económico y financiero con el fin de lograr cumplir con las exigentes cláusulas económicas del Tratado de Maastricht. En relación con ello, la fidelidad de Italia a la integración europea fue un factor vital ya que el país estaba ligado muy estrechamente a la UE y sus logros. La mayoría de la opinión pública italiana se movilizó detrás del lema �Italia debe unirse a Europa�, pero ciertas formas de euro-escepticismo empezaron a emerger en el seno de los partidos de centroderecha.

    La apuesta europea de Italia sigue siendo un aspecto vital en su política exterior y en su proyección internacional, y se mantiene ligada a los éxitos de la construcción europea

  • English

    After the Second World War Italy�s international position was very weak, sharply contrasting her aspirations. For a few years, Italy�s European choice was largely influenced by the belief that it would strengthen Italy�s international status and would favour the revision of the peace treaty. Such a choice was also part of a wider Western alignment which would offer the Italian moderate political forces a further boost to impose themselves as the leaders of the country and to win the harsh contest with the powerful forces of the Left. The real turning point in Italy�s European choice was the emerging functionalist approach advocated by Monnet, and the launching of the Schuman Plan in 1950. While Italy was sceptical of the EDC, she could not contradict her Europeanist commitment. Therefore in 1951, Prime Minister De Gasperi launched an ambitious scheme for a European Political Community. This period can be regarded as the climax in both De Gasperi�s and Italy�s federalist choice. Through the participation to the EEC, Italy experienced a process of economic and social modernization that contributed to the radical transformation of the country. Later, in spite of these achievements, Italy�s position in the integration process was severely hampered by her internal political and social crisis and by the mid-70s she was perceived as one of the weakest links in the Western European system. In the 1980s Italy experienced a period of apparent economic recovery, political stability and social modernization. The period between 1992 and 1996 was characterised by a series of weak governments having as a main goal the recovery of the Italian economic and financial system to comply with the demanding economic clauses of the Maastricht Treaty. In this connection, Italy�s faithfulness to the European integration was a vital factor as the country�s future was closely tied to the EU and its developments. The majority of the Italian public opinion was mobilized through the catchword of �Italy must join Europe�, but some forms of euro-scepticism began to surface in the centre-right parties. The European choice is still a paramount aspect of Italy�s foreign policy and the country�s international role is still linked to the developments in the European construction.


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