Resumen de Susana Solano: "El detonante de cualquier creación es la denuncia"
La escultora, Premio Nacional en 1988, prefiere una intervención discreta y silenciosa a los grandes discursos: la introspección a la demagogia. Pero no es la suya una obra volcada hacia el interior, sino una crítica serena a la volátil sociedad moderna.
A Susana Solano (Barcelona, 1946) le preocupa envejecer con malestar, crispada. El malestar, para esta artista multipremiada (Premio Nacional 1988), reconocida y admirada, plena de la energía de sus obras proteicas, es la ceguera de la Cultura institucional, con mayúscula, pero �anémica�. Detrás de sus obras grandes y sencillas, ambiguas y precisas; detrás aún de su forma de ser intimista y atenta al mundo, subyace siempre una denuncia, una corriente que ella canaliza para remover conciencias. El arte es para Solano observación, provocación y una forma de vivir. Su protesta hoy se cifra en el ser humano de espaldas a la naturaleza, el poder o la fuerza que abusa del débil y la creación artística a merced de la especulación: �Porque vivimos en una sociedad tan inmediata que todo se evapora al instante, una sociedad que no pide arte, que no ama el arte; una sociedad líquida (citando a Bauman). Creímos el mundo mejoraba y no: el mundo se repite�. Tristes palabras que retumban en su estudio, �espacio para la ingenuidad�, suspendidas en una atmósfera húmeda de papel viejo. Habla Solano temerosa del verbo, tan abierto, en lucha perpetua contra la tentación dogmática; desde unos ojos hoy convalecientes de una intervención quirúrgica que le obliga a reposar la mirada y, tal vez por ello, a reflexionar de lo tanto que han visto, en viajes infinitos, curiosidad siempre insatisfecha. Elena Pita entrevista a la artista Susana Solano.
