España tiene una extensa red de Universidades creadas en su gran mayoría durante la democracia y al amparo de la Ley de Reforma Universitaria de 1983. Casi todas las Comunidades Autónomas cuentan con Universidades públicas y privadas que han nacido de manera mimética y sin ningún criterio diferenciador. Todas persiguen los mismos objetivos: impartir el mayor número de estudios posible y contar con actividades de investigación en todos los campos. El resultado global es la existencia de un elevado número de universidades multidisciplinares cuyo sostenimiento económico es excesivo. La sostenibilidad del sistema de enseñanza superior exigiría una diversificación para ganar en eficiencia y calidad.
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