La incidencia del cáncer oral parece estar aumentando y la mortalidad apenas ha mejorado en los últimos 25 años. Una mejor comprensión de la etiopatogenia nos debe dirigir hacia un diagnóstico más certero y precoz, así como hacia tratamientos más efectivos con menos efectos adversos. El cáncer oral es el resultado de mutaciones espontáneas en el ADN y otras producidas por la acción de diversos agentes mutagénicos, como son el tabaco y el alcohol. Se produce una serie de cambios genéticos que llevan, con el tiempo, a una pérdida del control de la proliferación y autonomía celular.
Para contrarrestar estos cambios existe una serie de mecanismos que metabolizan los agentes cancerígenos, reparan los daños en el ADN, controlan el crecimiento celular y defienden contra el cáncer. El cáncer es la consecuencia de la interacción de muchos de estos factores. Cada vez más, el diagnóstico se ve ayudado por la detección de cambios celulares y, ahora también, cambios moleculares, enfocando el tratamiento hacia la quimioterapia y ahora también hacia la terapia genética. Sin embargo, no hay duda que la prevención es el aspecto más importante, en concreto la educación del paciente y la reducción de factores de riesgo ambientales y del estilo de vida.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados