En los últimos años han ganado popularidad una serie de nuevas drogas, conocidas como smart drugs o legal highs, fácilmente accesibles a través de tiendas on-line. Ello ocurre sobre todo en los segmentos jóvenes de la población, asociado a su consumo lúdico fundamentalmente durante los fines de semana.
En general son derivados sintéticos de productos naturales, de los que apenas existe investigación clínica y que no son detectables en los laboratorios de los hospitales.
Tres de estos productos, el BZP (1-benzilpiperacina), la mefedrona (4-metilcatinona) y el Spice son probablemente los más utilizados en Europa. Los dos primeros se consumen como alternativas al éxtasis y la cocaína, y se caracterizan por producir un cuadro clínico de tipo simpaticomimético, en ocasiones de consecuencias graves, con convulsiones e incluso muerte. El Spice (mezcla de hierbas con cannabinoides sintéticos como el JWH-018, el JWH-073 y el CP 47,497-C8) está ocasionando cuadros de dependencia y esquizofrenia.
Aunque las drogas emergentes poseen un aura de seguridad, cada vez hay más experiencia sobre sus efectos secundarios.
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