La hipotermia es un proceso poco frecuente e infradiagnosticado que cada año produce víctimas mortales. Su tratamiento requiere termómetros que midan la temperatura central. En el hospital se usa la sonda esofágica; sobre el terreno y en la hipotermia moderada es suficiente la medición epitimpánica. El tratamiento inicial consiste en soporte vital y recalentamiento. Los movimientos bruscos pueden desencadenar arritmias que no responden a fármacos ni a desfibrilación hasta que se alcanzan los 30°C. El recalentamiento externo pasivo es el método de elección en la hipotermia leve y es un método suplementario en la hipotermia moderada y grave. El recalentamiento externo activo está indicado en la hipotermia moderada o leve refractaria al recalentamiento externo pasivo y como método suplementario en la hipotermia grave. El recalentamiento interno activo está indicado en la hipotermia grave o moderada refractaria al recalentamiento externo activo y en pacientes hemodinámicamente inestables. Los pacientes con hipotermia grave, parada cardiorrespiratoria y potasio inferior a 12mmol/l pueden requerir by-pass cardiopulmonar.
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