O. Rajmil, M. Fernández, A. Blasco, J. A. Arrús, R. Montañés, J. Rodríguez Espinosa
Introducción El objetivo fue estudiar la relación entre la rigidez peneana nocturna (RPN) con el síndrome metabólico (SM) y la testosterona en varones que consultan por trastornos de erección (DE).
Material y método Se incluyeron 234 varones en un estudio piloto prospectivo y transversal. Se midieron los niveles séricos de testosterona total y biodisponible y otros parámetros bioquímicos relacionados con el SM y con las RPN. Los pacientes se agruparon según la rigidez de las erecciones: normales (alta rigidez, componente predominante psicológico de la disfunción) o anormales (baja rigidez, posible componente orgánico o físico de la DE) y por la presencia o ausencia de SM.
Resultados El modelo de regresión logística para la rigidez del pene como variable dependiente demostró que el riesgo de rigidez anormal es menor en individuos con mayor testosterona total (OR=0,96; 95% CI=0,92-0,99) o biodisponible (OR=0,91; 95% CI=0,84-0,99). Pacientes con niveles de testosterona entre 8 y 12 mmol/L presentaron un riesgo cuatro veces mayor de tener rigidez anormal comparados con aquellos con niveles superiores a 12 mmol/L (OR=3,96; 95% CI=1,89, 8,31). Si se consideraban únicamente aquellos varones sin SM, solo la edad y el índice de masa corporal (IMC) aparecían como factores de riesgo asociados a la rigidez anormal. La edad aumentó el riesgo de rigidez anormal en un 8% (OR=1,08; 95% CI=1,03-1,13) y el IMC lo aumentó en un 18% (OR=1,18; 95% CI=1,01-1,38).
Conclusión La asociación de niveles de testosterona con la rigidez del pene fue baja y desaparece si se asocia con SM.
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