Preocupado exclusivamente por conseguir un mecenas, el poeta no prestaba atención a los asuntos mundanos, como el incipiente deterioro social del siglo XVII.
En la medianoche del pasado 20 de mayo, en el instante en que comenzaba oficialmente la jornada de reflexión de los comicios autonómicos y municipales, miles de personas se congregaron en la Puerta del Sol de Madrid, en abierto desafío a la prohibición de manifestaciones hecha poco antes por la Junta Electoral Central. El minuto de silencio con el que los convocantes burlaban la ley que impedía hacer campaña había sido precedido por una semana en que la acampada de movimientos antisistema y desencantados con la situación política �bautizado como 15 de Mayo por unos o como la Spanish Revolution, por otros� habían tomado la plaza.
Muchos de los manifestantes utilizaban por primera vez ese lugar como escenario de sus reivindicaciones, pero la plaza es, desde hace más de doscientos años, la cámara de los ecos de la historia de España, el teatro en que se representan, de forma pacífica o violenta, los conflictos que han jalonado la era contemporánea del país. La revuelta comunera contra Carlos I en 1520, los acontecimientos del 2 de Mayo de 1808 con motivo de la entrada de las tropas napoleónicas, la proclamación de la Segunda República en 1931, las primeras manifestaciones del orgullo gay a principios de los noventa o la celebración de la victoria española en el mundial de futbol en 2010, son algunos de los acontecimientos que han tomado la Puerta del Sol como escenario de actuación a lo largo de la historia.
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