Las pequeñas y medianas empresas también invierten en los mercados financieros; ya sea por mera especulación, por ahorro o por inversión, los mercados ofrecen un abanico de alternativas a las cuales no debe ser ajena una empresa cualquiera que sea su dimensión. No obstante, el hecho de acceder directa o indirectamente a este tipo de mercados lleva consigo un conocimiento de los mismos. Para ello, la empresa ha de tener en cuenta tres elementos principales: comprensión de la información (capacidad de entender todos aquellos contenidos relacionados con el entorno al cual pretende encauzar sus inversiones, esto es, recomendaciones, informes o análisis), comprensión del mercado (entender la evolución del precio: por qué, cómo o cuándo son preguntas clave. En síntesis, la tendencia (movimiento de los precios) y volatilidad (velocidad de los precios) y comprensión de los productos necesarios para cubrir situaciones adversas (tener un conocimiento, al menos general, del funcionamiento de los mismos con el objetivo de disponer de una herramienta de comparación y contratación de los productos más afines dependiendo del comportamiento inversor de la empresa en condiciones normales, de aversión al riesgo). A este fin, cuenta con una serie de herramientas a su disposición cuya principal finalidad consiste en cubrir riesgos asociados, es decir, el endeudamiento, la inflación y los tipos de cambio: los swaps. Este tipo de contratos financieros ofrecen múltiples posibilidades para las pymes: son flexibles, se adaptan a las necesidades del contratante, no necesita contratar el instrumento con la misma entidad con la cual tiene concertado el préstamo o el intermediario de la emisión de bonos, debido a la independencia del contrato con respecto al nacimiento de la deuda y permiten cubrir diferentes situaciones adversas de mercado. No obstante, exigen cierta precaución a la hora de negociarlos: hay que conocer el mercado y las expectativas de los elementos que lo integran, suelen ser más caros que otros productos alternativos para el mismo tipo de riesgo y exigen de una cuidadosa lectura de cláusulas del contrato. En definitiva, la pyme debe considerar que debe asesorarse convenientemente antes de contratar este tipo de contratos que, si bien cubren en una alta proporción sus necesidades de riesgo, exigen una información más cuidadosa que otros productos más ortodoxos.
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