Desde hace más de sesenta años, los isótopos han sido usados como agentes terapéuticos. La terapia metabólica es una práctica poco frecuente, sin embargo siempre que utilicemos radioisótopos debemos de tener en cuenta que supone un riesgo tanto de irradiación externa como de contaminación. Esto obliga a tomar una serie de medidas de radioprotección que se basan en disminuir, lo máximo posible, el tiempo de exposición del paciente así como no entrar en contacto directo con él para evitar la exposición innecesaria a la radiación de la población general.
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