En nuestra perpectiva psicosomática, la enfermedad somática debe ser intepretada como el resultado de un doble proceso: el primero concierne al funcionamiento psíquico y se traduce por un movimiento parcial o globla de desmentalización que afecta el funcionamiento de representación y de psiquización de la pulsión. El segundo atañe a las funciones orgánicas y se traduce por un movimiento de regresión o de desorganización de lo psíquico a lo somático. Este movimiento psicosomático reactiva una expresividad antigua de funcionamiento somático. De este doble proceso resulta que la enfermedad somática es una dimensión de la salud psíquica.
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