Por cuanto la experiencia urbana no puede desligarse de la cultura occidental contemporánea, el estudio de las representaciones literarias de la ciudad resulta crucial para analizar el Zeitgeist cultural e ideológico de una determinada época. De manera específica, este artículo tiene como objetivo explorar la retórica de la enfermedad en la representación urbana que lleva a cabo Manhattan Transfer (1925), de John Dos Passos, desde una perspectiva simbólica y mito-crítica. Debe para ello tenerse en cuenta la existencia de un fuerte sentimiento de hostilidad hacia el espacio urbano en la literatura modernista estadounidense, sobre todo en textos ambientados en la ciudad de Nueva York ��that most mythical of cities, [which] tends to emerge in recent literature as hellish, or at any rate murderous� (Oates 1981: 30). En la novela de Dos Passos, Nueva York aparece representada como el espacio enfermo de la modernidad. Tal representación da cuenta de una relación de continuidad entre el espacio y la comunidad que lo habita, pues no debe ignorarse que el espacio urbano funciona como sistema de organización de un conjunto de relaciones sociales entre individuos y, en consecuencia, como correlato simbólico de todas aquellas instituciones comunitarias que articulan las relaciones entre el individuo y el conjunto de la sociedad. Así, un espacio (mítico) enfermo �la megalópolis moderna� se configura en el texto modernista como la extensión metafórica de una comunidad enferma.
Insofar as urban experience is inextricably related to contemporary Western culture, the study of literary urban representations becomes crucial in order to analyze the cultural and ideological zeitgeist of a particular age.
Specifically, this article aims to explore the rhetoric of sickness in John Dos Passos� Manhattan Transfer (1925), from a symbolic and myth-critical perspective. It this regard, it should be born in mind the fact that American modernist literature is characterized by a generalized hostility towards urban spaces. Such hostility is especially obvious in texts focusing on New York City ��that most mythical of cities, [which] tends to emerge in recent literature as hellish, or at any rate murderous� (Oates 1981: 30). In Manhattan Transfer, New York is indeed represented as murderous, inasmuch as it is represented as the sick space of modernity. Such rendering of the city accounts for a relationship of symbolic continuity between urban spaces and urban communities. As this article examines, the modern city functions as an organizational system of human relations and, therefore, as the emblematic correlative of communitarian institutions.
Arguably, Manhattan Transfer thus shapes a (mythic) sick space as the metaphorical extension of a sick urban community.
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