El estudio del proceso de enseñanza-aprendizaje desde la complejidad se centra en la autoorganización de todos los elementos que intervienen e interactúan: el alumnado, el entorno del aula y el profesorado. Todos ellos interactuarán como un sistema dinámico no lineal y complejo. En consecuencia, para facilitar el aprendizaje se propone la creación de contextos en los que se den las interacciones más favorables entre el entorno y el alumnado. El profesorado podrá modificar los constreñimientos relacionados principalmente con las tareas que se propongan, aunque también algunos del alumnado, y aprovechará las variaciones que se den en el entorno.
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