María Concepción Iglesias Ortiz
La condición de ser personal del embrión humano no siempre ha sido fácilmente reconocida. Este hecho puede suponer la desconsideración e incluso el atentado a la vida humana en ese estadio especialmente vulnerable y de indefensión como es su fase embrionaria. El presente estudio se propone mostrar que la dignidad del ser humano, desde el mismo momento de su concepción, está por encima de cualquier otra consideración. Para ello, analiza los diferentes modelos bioéticos y sus concepciones antropológicas de base, evaluando las razones que apoyan o dificultan el reconocimiento de esa dimensión personal, para concluir que el estado de embrión es una etapa más del desarrollo vital del ser humano, una fase incipiente, precoz, pero tan necesaria para que esa vida continúe existiendo, como podría ser cualquier otra. ¿Cómo sería posible de otra manera, llegar a persona adulta, dotada de todas las posibles facultades y capacidades, sin haber pasado antes por la fase de embrión?
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