Actualmente, vivimos en una época donde la reproducción masiva de las obras afecta en el contenido. La forma en que se relaciona el publico con la obra produce una percepción distraída, a causa de tantos estímulos visuales a los que se puede acceder. Para atraer la atención del público el artista requiere el efecto del shock, es decir de un gesto violento. Es por esto, que se han llevado a cabo investigaciones que permiten analizar cómo es que ciertos medios propagan este shock. Un ejemplo de esto es el cine de terror y algunos de sus subgéneros. Otro ejemplo es el caso de la televisión en la que tanto la animación como las series que transmiten recurren al suspenso o a lo grotesco para llamar la atención del público.
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