El resurgimiento de algunas de las principales potencias asiáticas comporta indudablemente, importantes consecuencias para Europa y, como no, también para España. La emergencia de países como China y la India está ya comportando importantes cambios en la distribución geográfica del comercio internacional o de la inversión directa. Los indicadores nos demuestran que el volumen de comercio entre Asia y Europa es cada vez mayor, como lo es también el déficit comercial del conjunto de los países europeos con el gigante asiático, una dinámica de "riesgo" en la que España no es ninguna excepción. Si bien hasta el momento los empresarios perciben la emergencia china como una amenaza, el presente artículo subraya la oportunidad que conlleva; una oportunidad de explotación de nuevos mercados y sectores, y también, una oportunidad para identificar los efectos que confieren a las potencias emergentes de Asia su imbatible competitividad que, como veremos, les está permitiendo responder con mayor eficiencia a la reciente crisis financiera.
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