Menchu Gal: au plein air

• Autores: Francisco J. R. Chaparro
• Localización: Descubrir el arte, ISSN 1578-9047, Nº 147, 7, 2011, págs. 62-67
• Idioma: español
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• Resumen

  • La inauguración en Irún de un museo, la puesta en marcha de una fundación y la itinerancia de una exposición antológica de su obra por España rescatan del olvida a una artista relegada durante mucho tiempo.

    �Una mujer pintora no es algo extraordinario; una mujer buena pintora sí lo es�. De esta guisa vestía a Menchu Gal en 1952 el catálogo de una exposición colectiva en Salamanca. Pretendía ser una alabanza, pero hoy ayuda a entender hasta qué punto ser pintora y mujer en aquellos tiempos no eran sino dos dificultades añadidas la una a la otra. La tercera, sumada a las dos anteriores, es la de ser pintora, mujer y española, una combinación que complica realmente las cosas. Menchu Gal, primera mujer en recibir el Premio Nacional de Pintura, cargó como toda la Escuela de Madrid con una densa capa de olvido cuando el viento de la abstracción pictórica se abrió paso violentamente en el panorama de finales de los cincuenta, apartando del camino todo estorbo con el entusiasmo de crítica y régimen. Un ejercicio interesante consiste en desengarzar la historia reciente de nuestra pintura de esa competición vertiginosa liderada por el impulso de las vanguardias. Ya sin esa presión, como en el repliegue de la ola, quedan al descubierto grandes obras y grandes pintores que en su mayoría no verán restituida su fortuna crítica en alguna medida, si acaso, hasta que la vejez o el tiempo avale una carrera. Y uno de estos casos es el de Menchu Gal. Francisco J. R. Chaparro desgrana la biografía y la trayectoria de la artista, componiendo por extensión un fresco de su época y la Escuela de Madrid.