Hasta hace pocas décadas se tenía la impresión de que el planeta disponía de una cantidad de recursos naturales y energía, prácticamente inagotables. Además, en su vasta superficie y atmósfera el ser humano era capaz de emitir, casi sin límite, todo tipo de contaminantes sin que se dieran impactos significativos que la naturaleza sufriera cambios apreciables. Hoy se tiene constancia de que esto no es así y conforme el deterioro medioambiental se ha hecho más evidente y los científicos han encontrado un mayor número de relaciones causales entre las acciones antropogénicas y el cambio climático, se hace imprescindible que tanto los sectores productivos y económicos como el resto de la sociedad, realicen un cambio radical en sus patrones de producción y consumo.
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