La educación garantiza el pleno desarrollo humano, a partir de la formación de una recta conciencia. Los padres, al transmitir la vida a sus hijos, asumen la responsabilidad de tutelar el proceso. El Derecho (Declaración Universal Derechos Humanos, etc.) les reconoce prioridad y establece los medios para que realicen su función. Sin embargo, los poderes públicos, olvidando su subsidiariedad, han impuesto la escolarización obligatoria. Sus escasos resultados, rigidez y enfoque propician la educación en casa. Ésta, verificada su seriedad y adecuación social, forma parte de la libertad de enseñanza. Sin embargo, el Tribunal Constitucional no lo ha entendido así.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados