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Somos tres: la construcción de una relación triangular en la intervención psicomotriz

  • Autores: Josefina Sánchez Rodríguez, Miguel Llorca Llinares
  • Localización: Revista iberoamericana de psicomotricidad y técnicas corporales, ISSN-e 1577-0788, Nº. 33, 2009, págs. 199-208
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • La relación triangular se plantea como un nuevo espacio de intervención en la práctica psicomotriz individual con la intención de crear un espacio relacional más amplio que permita desbloquear relaciones psicóticas fusionales (Tustin, 1996) y construir relaciones más estructuradas que permitan al niño el desarrollo de su identidad.

      Partiendo del modelo de intervención en análisis corporal de la relación desarrollado por Anne Lapierre, a partir de las aportaciones de André (Lapierre, 1997), intentamos recrear en el niño la situación del triángulo primario que le permitirá llevar a cabo relaciones de competición, oposición e identificación, descubriéndose como un ser autónomo diferenciado del objeto primario.

      Más tarde, la presencia de un tercero en esta relación va a permitir que la madre y el bebé se separen, facilitando el desarrollo de un espacio fusional más amplio al principio, y posteriormente, en la fase preedípica y edípica, la toma de conciencia de la no exclusividad y la identificación con una de las dos figuras, pasando a adquirir su identidad como persona y luego su propia identidad sexual. Todo este proceso es bastante complicado si tenemos en cuenta que no depende exclusivamente del individuo sino también de la respuesta del entorno, pudiendo desembocar, como en el caso que presentamos, en la constitución de un Yo frágil o una personalidad psicótica al partir de una situación de carencia básica inicial que le lleva a relaciones simbióticas de supervivencia que se vuelven patológicas y dificultan su relación con el entorno.

      La psicosis infantil se caracteriza por la dificultad para establecer relaciones ajustadas al entorno debido a su demanda de atención dual. Este trabajo describe un año de intervención con una niña con trastorno de la vinculación afectiva y trastornos conductuales tras pasar de una intervención individual a un espacio triangular. La presencia de un tercero en la relación es un proceso que requiere de la integración progresiva del nuevo psicomotricista y un cambio de actitudes en la figura de referencia del niño, permitiendo así que surjan los fenómenos transicionales y la creación de un espacio fusional triangular. La presencia de un tercero hace posible iniciar los procesos de atención diferida y compartida, con que iniciamos la separación primaria del niño, el desarrollo de la autonomía y un reconocimiento integrado del yo, que va a incidir en la capacidad para situarse ante un grupo de iguales, su aula escolar, y ajustarse a la falta de atención exclusiva.

      En esta conferencia se describe el proceso de intervención y los ajustes que ha realizado esta niña durante un curso escolar asistiendo a una sesión semanal de una hora. Este trabajo forma parte de las primeras experiencias de intervención triangular que se realizan en la Sala de Psicomotricidad «André Lapierre» de la Universidad de La Laguna con niños para el establecimiento de dificultades en el vínculo. Se ha nutrido a partir de las experiencias de los trabajos de Winnicott, Tustin y Anzieu, así como de la práctica psicomotriz y el análisis corporal de la Relación de André y Anne Lapierre.


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