En sanidad, el año 2010 ha sido de transición hacia el reconocimiento explícito de las limitaciones económicas y de las restricciones presupuestarias. Ha estado marcado, como los anteriores, por la insuficiencia financiera, que por primera vez obliga a ejercer �el arte de cortar�. El discurso de la sostenibilidad hace hincapié en cómo el sistema de salud español podrá continuar manteniendo los niveles de calidad y prestaciones ya consolidados. Otro discurso pone en duda no ya la sostenibilidad sino la solvencia del sistema, que ha acumulado una deuda en torno a los 7.500-15.000 millones de euros. Relacionado con ese problema financiero, y como telón de fondo, 2010 ha sido el año de consolidación del encaje privado en la gestión pública. Las medidas de ahorro contenidas en los Reales Decretos 4/2010 y 8/2010 no solucionan el problema de la insuficiencia financiera, que tiene causas múltiples y requiere reformas de mayor calado, incluyendo las de orden institucional.
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