El secreto profesional y en general las normas éticas no existen en beneficio del abogado, sino que son normas necesarias que regulan la actividad del mismo precisamente para el adecuado ejercicio de su función, y cuya existencia persigue la protección de los derechos del ciudadano y, en definitiva, de la Justicia y de la Democracia.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados