La coalición del Frente Popular accedió al poder en España tras la victoria en las elecciones de febrero de 1.936, sucediéndose cuatro gobiernos en el espacio que medió hasta la sublevación militar de julio: el gobierno de Santiago Casares Quiroga y de Diego Martínez Barrio; el tercer gobierno, tras el estallido de la guerra, el de José Pereira Giral, cayó en los primeros días de septiembre cuando el insurgente Ejército de África, mandado por el coronel Juan Yagüe Blanco tomó la población toledana, en el valle del Tajo, de Talavera de la Reina, a unos cien quilómetros al oeste de los suburbios de la capital; Francisco Largo Caballero formó el cuarto gobierno y llamó a formar parte de él, por primera vez en la historia de España, a los nacionalistas vascos y a los comunistas, ministros comunistas que a continuación le harían caer. Largo Caballero designó a Indalecio Prieto Tuero Ministro de Marina y Aire, reservándose el Ministerio de la Guerra, al que en efecto aspiraba Prieto; los dos socialistas, radical el primero, moderado el segundo, mantenían una recíproca aunque modesta rivalidad, lo que no favorecía los acuerdos de colaboración gubernamentales en contraste con las fuerzas militares insurgentes. Prieto, al asumir la tarea, pensó en un golpe que diera prestigio a las armas que representaba y evidentemente a su Mnisterio. La situación de las fuerzas aéreas y navales republicanas era más que precaria; la Marina fiel a la República, decapitada, privada como estaba de mando y oficiales -que habían sido encarcelados o asesinados a centenares por los comités revolucionarios de las tripulaciones-, era a todos los efectos operativamente ineficiente y por disposición del gobierno una gran parte de los buques de guerra habían abandonado los puertos españoles y se habían concentrado en la zona de la bahía de Tánger, enclave internacional en el estrecho de Gibraltar, con la misión de realizar un férreo control de la aguas del estrecho
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