Integración, integración e integración. Éste es el mantra que la legislación en materia de prevención de riesgos laborales no se cansa de repetir, con la esperanza de que, algún día, dicha integración sea una realidad en todos los niveles de cualquier organización productiva.
En esta lucha sin descanso destacan dos importantes novedades normativas: la ley 25/2009 que modificó la ley de Prevención de Riesgos laborales, y el Real Decreto 337/2010, que ha reformado el Reglamento de los Servicios de Prevención. El eje sobre el que giran estas modificaciones es claro: facilitar a las pequeñas y medianas empresas la gestión y organización de la prevención.
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