Las distintas reformas agrarias han cambiado en profundidad el agro cubano en las últimas décadas, con la voluntad de borrado del campesinado y de la supresión de las oposiciones entre el campo y la ciudad. Si los pequeños productores fueron exaltados al triunfo de la Revolución, la tierra se quedó enmanos del Estado en gran medida y el modelo implementado por la agricultura socialista fue el colectivo a gran escala, provocando la desaparición progresiva de los productores independientes hasta su estabilización a finales de la década de los 80. Se aplicó en varias formas al llamado sector privado o campesino la cooperativización. Sin embargo, los campesinos se mantuvieron durante los 45 últimos años. La cuestión es ahora su posibilidad de reproducción. Desde la reforma de 1993, la distribución de tierras estatales en usufructo a millares de familias nos interroga acerca de la cuestión del campesinado y su valoración por las autoridades socialistas
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