A diferencia de lo que sucede en el ámbito civil o continental, el Derecho probatorio anglosajón ha sido objeto de una detallada codificación. El objetivo de esa codificación es determinar con carácter general �y sin dejar lugar a la incertidumbre� qué pruebas se pueden presentar ante un jurado civil o penal. La principal preocupación del legislador en esta materia es evitar que el jurado resulte influido por pruebas que, a pesar de ser relevantes o sustanciales, puedan inducir al prejuicio. En este artículo el lector encontrará una introducción a las principales reglas que se han adoptado sobre este particular en el mundo legal anglosajón y una valoración de las lecciones que pueden extraerse de la experiencia probatoria anglosajona.
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