Introducción y objetivos. El tratamiento quirúrgico de la estenosis aórtica severa es el único efectivo recomendado actualmente para esta patología, pero el riesgo quirúrgico aumenta con la disfunción ventricular izquierda. Nuestro objetivo fue identificar predictores de mortalidad y mejoría funcional en el postoperatorio y a largo plazo tras reemplazo valvular en pacientes con estenosis aórtica y disfunción ventricular severa. Métodos. Entre 1996 y 2008, 635 pacientes con estenosis aórtica severa fueron intervenidos, 82 con fracción de eyección < 40%, con mortalidad postoperatoria precoz del 19,5%. Identificamos como predictores independientes de mortalidad postoperatoria precoz el sexo femenino (OR = 2,60; IC del 95%, 2,20-89; p = 0,004), la regurgitación mitral no severa (OR = 2,38; IC del 95%, 1,40-80; p = 0,020) y las lesiones coronarias (OR = 2,09; IC del 95%, 1,26-51; p = 0,027). Resultados. Tras seguimiento medio de 42,59 ± 40,83 meses, la mortalidad global fue del 18,8% y la cardiovascular, del 11,3%. Sólo el bajo gasto cardiaco postoperatorio (OR = 4,40; IC del 95%, 1,20-15,50; p = 0,02) se relacionó con mayor mortalidad en el seguimiento. El 70,5% presentó mejoría precoz de la función ventricular, siendo predictores de ausencia de mejoría el infarto previo (p = 0,04), las lesiones coronarias no revascularizadas (p = 0,04) y un gradiente aórtico reducido (p = 0,02). El 93,4% mejoró su grado funcional significativamente durante el seguimiento. Conclusiones. Pese a la considerable mortalidad postoperatoria precoz de los pacientes con estenosis aórtica y disfunción ventricular izquierda, a largo plazo se observa una supervivencia elevada junto a mejora de la función ventricular y del grado funcional.
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