A pesar de que el interés por el control biológico ha aumentado en los últimos años, todavía hay un bajo porcentaje de hectáreas de cultivos en invernadero, a nivel mundial, donde esta estrategia se utiliza para el control de plagas. En Almería, en concreto, aunque se ha consolidado su uso en cultivos como el pimiento, todavía se realiza control biológico en menos del 20% de la superficie de tomate, que es uno de los cultivos principales de la zona. Entre los factores descritos como limitantes para su adopción, en general, se ha citado la eficacia, la previsibilidad y el coste (Van Driesche y Heinz, 2004).
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