El objetivo de este trabajo es clarificar la amplia variedad de estrategias que los eclesiásticos españoles realizaron para mantener sus niveles de renta ante la caída del ingreso y el aumento de presión fiscal. Los problemas que se enfrentaron fueron heterogéneos al igual que las medidas que tuvieron que adoptar para solucionarlos. La jerarquía, gran propietaria de tierras y diezmos, sustituyó la administración directa de sus rentas por contratos de arrendamiento y defendió sus intereses dentro del marco de negociación fiscal. El clero parroquial hubo de ingeniárselas para sobrevivir del escaso excedente que generaban sus campesinos mientras que los conventos, ante la avalancha de desheredados que acudían a sus puertas en busca de alimento y cobijo seguro, tuvieron que ampliar su capacidad y buscar fuentes de financiación.
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