El aumento de la hostilidad entre Washington y Pekín se presenta como un escenario más posible que la efectiva formación de un G-2. El comercio y las tecnologías de la información serían los principales campos de batalla de esta �segunda guerra fría�.
"Chimérica�, ese reflejo de la creciente interdependencia económica y política entre dos grandes potencias, es el nombre de un mito con pies de barro. Es verdad que, gracias al comercio y a las finanzas, las economías de Estados Unidos y China nunca han estado tan entrelazadas como ahora. Es cierto que hasta hace no mucho era inimaginable un G-2 formado por estos países como alianza bicéfala rectora de los destinos del planeta. Y es innegable que la cooperación entre Washington y Pekín no ha dejado de progresar, desde su inicio en 1971 con la denominada �diplomacia del ping-pong�, hasta el extremo de que la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Barack Obama presentada en mayo, contempla a China como un potencial aliado. Incluso es razonable pensar que sus desavenencias actuales (en asuntos como Google, Taiwan, Tíbet o el tipo de cambio del yuan) no son más que episodios recurrentes de una crisis pasajera. Como se ha visto en la reciente reunión del Diálogo Económico y Estratégico Sino-Norteamericano, o en las sanciones a Irán, es hasta probable que a corto plazo el buen entendimiento vaya en aumento.
Sin embargo, si China continúa su vertiginosa progresión ascendente, no sería extraño que en un futuro no excesivamente lejano las relaciones entre los dos países diesen un vuelco radical.
Recientemente, el presidente Obama ha reconocido públicamente el auge de China. Esta mención en lo que podría ser un primer indicio de una política tendente al apaciguamiento de un competidor emergente en la perpetua lucha de las grandes naciones por la hegemonía mundial. Sea como fuere, en lo que atañe al futuro de las relaciones entre Washington y Pekín, es muy posible que la política acabe siendo la última esperanza para detener la Historia en su afán por repetirse.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados