La escolarización de los niños gitanos no es un tema tangencial, específico,... antes bien, ilumina aspectos medulares del sistema social y de la propia institución escolar, y constituye un indicador del grado de coherencia y ecología mental, escolar y social.
El reto estriba en abandonar ópticas restrictivas (centradas en el fracaso y la falta de expectativas, y con acusaciones cruzadas entre padres, profesores y Administración) y, por el contrario, generar dinámicas de colaboración y apuestas decididas por el éxito escolar de estos alumnos.
Si alguna de las partes que intervenimos en su escolarización emitimos mensajes claros de implicación y valorización es muy probable que se suscite la confianza e implicación de los sectores y el mutuo acuerdo, y se ponga en marcha una profecía de autocumplimiento positiva.
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