La juventud, aunque comprometida con este soporte corporal, es una entidad más abstracta, más determinada por una cambiante dimensión imaginaria y simbólica.
Juventud e identidad están tramadas porque una aspira, incluso con cambios, al mantenimiento, la otra, incluso con mantenimiento, al cambio. Esta fricción es esencial.
Aquí ya no por el peso de la historia dominante en una sociedad, sino por el simple ciclo vital que sostiene la historia, y quizás la trasciende. Lugar de ideales, donde retornan las normas trasmitidas con una posibilidad de reinicio. La identidad es por ello una referencia insoslayable para aproximarnos a este período. En ese ámbito, como en un molinete, se arremolinan las diversas formas identificatorias y discernirlas resulta fundamental. A la heterogeneidad social y cultural, a la globalización y los nuevos lugares y pertenencias, se suma hoy el desdibujamiento de lo que se llamaba juventud. Probablemente el internet, esa aldea sin tiempo y espacio, donde cualquiera es el centro del círculo y simultáneamente resulta excéntrico, determinan a �la juventud� como la nueva antigüedad. El sujeto digital absorbe como un secante todas las edades y la virtualidad lo transforma. Cada mañana habrá de elegir entre mirar la calle por la ventana de su casa o mirar el planeta por la pantalla de su computadora, y esa divergencia inevitable lo constituye, determina su identidad, lo confronta con su cuerpo y con un Otro cada vez más fantasmal. Las alianzas y desencuentros entre virtualidad y realidad debaten otra temporalidad, y las generaciones, la clásica juventud, pierde sus viejas fronteras.
Youth is an abstract entity, determined by an imaginary and symbolical changing dimension. Youth and identity are linked because both of them desire simultaneously the change and establishment. This friction is essential, not only because of social history but because of life cycles. This is a field of ideals, where rules return with the possibility of restarting. Identity is indeed an avoidable reference to get close to this period, so identity forms must be distinguished. To social and cultural differences, and globalization and new places, we can add the crumbling process of youth. Probably Internet �a place with no time and no space- determines this youth as a new form of an ancient time. Digital citizen absorb all ages, and is been changed by virtuality. Each morning one should choose between look through the home window, or to the get the planet through de computer; and this divergence constitutes this citizen, his/her identity, face his/her own body and his/her alter. Links and unlinks between virtuality and reality debate on a different temporality, and ages (like youth) lose their traditional limits.
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