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Resumen de Lupus inducido por fármacos

Mª Angeles Aguirre Zamorano, R. López Pedrera, María José Cuadrado Lozano

  • Resumen El lupus inducido por fármacos (LIF) es un síndrome que comparte síntomas y características de laboratorio con el lupus eritematoso sistémico (LES) idiopático y que se presenta tras la exposición a ciertos fármacos.

    Resumen Muchos fármacos pueden inducir la aparición de ANA (antinuclear antibodies �anticuerpos antinucleares�), pero sólo una minoría de ellos provoca el desarrollo de cuadros clínicos que cumplen los criterios del LES.

    Resumen Las características clínicas más frecuentes en el LIF son malestar general, artralgias o artritis, mialgias, fiebre y pérdida de peso. El cuadro clínico suele tener un inicio subagudo y, en general, los síntomas son leves en la mayoría de los pacientes; la afectación renal y del sistema nervioso central es excepcional.

    Resumen Al igual que el LES, el LIF se caracteriza por la positividad de los ANA. Los ANA están dirigidos fundamentalmente contra las proteínas histonas y aparecen en más del 80% de los casos de LIF. La presencia de anticuerpos antiácido desoxirribonucleico (anti-ADN) es rara en el LIF, excepto en el secundario a fármacos anti-TNF-a (anti-tumor necrosis factor alpha �antifactor de necrosis tumoral alfa�) y a minociclina.

    Resumen Algunos fármacos pueden inducir cuadros diferentes del clásico LIF y, por tanto, su diagnóstico puede ser más difícil. Es el caso del LIF asociado a minociclina, que afecta sobre todo a mujeres jóvenes y puede presentar anticuerpos anti-ADN, anticuerpos anticardiolipina y anticuerpos anticitoplasma del neutrófilo (pANCA). No suelen detectarse anticuerpos antihistona.

    Resumen El tratamiento con anti-TNF-a se asocia frecuentemente con el desarrollo de ANA y anticuerpos anti-ADN. La incidencia de ANA en pacientes en tratamiento con anti-TNF-a es bastante frecuente, y oscila entre el 23 y el 57%. La incidencia de anticuerpos anti-ADN varía del 9 al 33%. A pesar de la alta frecuencia de autoanticuerpos en los pacientes tratados con anti-TNF-a, sólo en un pequeño porcentaje se desarrolla una enfermedad autoinmune, en especial LIF y vasculitis.

    Resumen El tratamiento del LIF es, primariamente, la supresión del fármaco. Algunos pacientes pueden necesitar antiinflamatorios no esteroideos y corticoides en dosis bajas. Los casos graves de LIF con afectación renal o neurológica pueden requerir corticoides en dosis altas e inmunodepresores. Los títulos de anticuerpos descienden a menudo de forma más lenta e incluso pueden persistir durante años. No es necesario tratar a los pacientes con ANA positivos si no hay síntomas sistémicos.


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